jueves, 23 de febrero de 2017

¡Fuera pañal!

Y de la noche a la mañana ocurre, sin más.

No creí que fuera un proceso tan rápido esto de quitar el pañal. Mi hija de 25 meses llevaba como un mes sentándose en el baño, pero no hacía pis, sólo se sentaba y hacía el ruido, como jugando, imitando, pero seguía con pañal.
Y, de repente, en un fin de semana, el viernes sin pañal en casa un rato y no se lo puse para ir al parque, el sábado se lo puse porque fuimos a comer fuera y no me atreví a ir sin él porque era lejos, el domingo por la mañana sin él, por la tarde se lo puso la abuela porque tenía miedo de que se hiciera pis en el parque, y el lunes ya al cole sin pañal, decidido esa misma mañana, con braguitas de mayor muy orgullosa, y todavía no se ha hecho pis encima. Por si acaso lleva 6 juegos de ropa de cambio, 2 en clase, 2 en la mochila y 2 en mi coche. No es que no confíe en ella y en sus capacidades, es que más vale prevenir...

No hay un método infalible para quitar el pañal, el mejor es el cariño, jugar a sentarse, les gusta sentirse mayores, yo he optado por una tapita adaptadora para el WC, los orinales no le acabaron de hacer gracia, porque ella lo hace todo como los mayores, y los orinales dice que son de bebés. Es verdad que con un orinal tienen más autonomía porque está en el suelo, a su altura, pero si el niño no es torpe se le puede poner un step o taburete (que sea firme y no se resbale), para que se suba solito al baño, recordando tener siempre puesta el asiento adaptador, o tenerlo cerca para que lo ponga solo.

No hay una edad más o menos apropiada, depende del niño o niña, dicen que los niños tardan un poquito más en estar preparados. Se puede empezar quitándolo unas horas al día, sólo por la mañana o sólo por la tarde, y poco a poco que vaya yendo al baño (aunque no haga nada), que se vaya sentando, se puede ir al baño al principio cada hora o cada 2h, dependiendo del niño, siempre antes y después de comer, siempre antes de salir de casa y al llegar, sólo para que se acostumbre al horario, aunque no llegue a hacer pis, es importante que aguante sentado un minuto como mínimo o mejor dos.
Siempre lo felicitamos mientras está sentado en el baño dándole besos, caricias y abrazos, aunque no haya hecho nada, y si queréis, en sus primeras veces de pis o caca podemos dibujarle una carita contenta en la mano, darle algún premio...
Cuando ya se ha acostumbrado al horario, aguanta un par de minutos sentado en el baño, y tiene habilidad para subirse solito los pantalones y ropa interior, ya sólo queda esperar a que haga su primer pis en el baño un par de días, y entonces podrás quitar el pañal todo el día excepto por supuesto en la siesta y por la noche. Pero hay que recordarles de vez en cuando: "no llevas pañal, eres mayor, hay que decir: mamá pis, y nos vamos corriendo al baño". Porque no siempre saben pedirlo, y menos si están entretenidos jugando o comiendo, hay que recordárselo. Pueden tener escapes bien mayorcitos, hasta con 6 años, y algunos niños por diferentes problemas incluso más.
Puede que tenga algún "escape", pero no hay que darle importancia ni enfadarse, les decimos que no pasa nada, les llevamos al baño y les sentamos un minuto, para que entiendan el lugar donde deben hacerlo y se acuerden de ir. Después podemos darles una fregona para limpiar el charco y animarles a que se cambien de ropa solos, así obtendrán conciencia de lo que ha pasado y se harán responsables de sí mismos. Si tenemos aguas mayores, lo mismo, le sentamos en el baño mientras le quitamos la ropa para que se manche lo menos posible..., paciencia como siempre.
Es siempre bueno consultar con la maestra (si es que va), para preguntarle si ve preparado al niño y atender a todas las señales, así como coordinarse en las actuaciones.

Una vez que se quita no se vuelve a poner para no confundir al niño, así que hay que asegurarse bien para no tener complicaciones no deseadas ni jugarle malas pasadas. Tenemos todo el tiempo del mundo, no hay que presionar ni acelerar el proceso.



Si el niño está listo:


  1. Se levanta de la siesta con el pañal seco, o despierto lo tiene seco al menos 2 horas.
  2. Si comunica con palabras o acciones que quiere ir al baño o que le molesta tener el pañal sucio o mojado, o va directamente porque quiere.
  3. Si comprende instrucciones verbales sencillas.
  4. Si le llama la atención usar ropa interior como los adultos, y se quita solo el pañal todo el tiempo.
  5. Si aguanta sentado en el orinal o baño 2 minutos más o menos (aunque no haga nada).
  6. Normalmente se recomienda que tenga entre 22 y 36 meses, pero no hay una edad indicada porque depende de las costumbres y madurez de cada niño.
  7. A veces puede jugar con sus muñecos a que les cambia el pañal o les lleva al baño, les limpia...

Si el niño no está listo:


  1. Después de estar sentado 2 minutos en el baño se pone de pie y se lo hace encima.
  2. Protesta si le quitas el pañal
  3. No quiere sentarse en el baño u orinal
  4. Se hace pis en cuanto le quitas el pañal
  5. Le da igual tener el pañal sucio bastante rato.
  6. Dice que no cuando le preguntas si quiere ir al baño, pero luego se hace pis
  7. Tiene miedo o se resiste a sentarse en el baño
  8. No dice "pis" o "caca" (verbalmente o con gestos), no tiene incorporados a su lenguaje los términos adecuados como para expresarlo cuando lo necesita.

lunes, 13 de febrero de 2017

Recetas ricas ricas

Si algo les gusta a los niños es guarrear, manchar,  pringarse, embadurnarse. Por eso, no podéis privarles del placer de cocinar, y si es algo divertido mejor.
Os dejo dos recetas perfectas para este mes. Galletitas que sirven para todas las ocasiones, pero son perfectas para San Valentín; y Filloas, que en Inglaterra vienen a ser la receta estrella en Carnaval, en Pancake Tuesday, el martes de Carnaval, las crepes y tortitas de toda la vida, pero con mucha salida y opciones de combinación en sus ingredientes. Espero que os gusten y a vuestros niños más.

Galletas de formitas para hacer con niños de todas las edades (recomendado desde 20 meses, según la habilidad del niño)


Ingredientes para unas 70 galletas (Receta de Xavier Barriga en su libro "Galletas"):

  • 400 g de mantequilla pomada
  • 150 g de azúcar molido
  • 50 g de huevo entero
  • 600 g de harina floja
  • 1 pizca de sal

Glaseado para decorar (se puede hacer con fondant comprada ya de colores, que es más fácil, pero tiene demasiado azúcar para los niños y se queda más dura, yo he optado por decorarlas sólo con rotuladores comestibles, que es también más fácil para los peques): 
  • 30 g de clara de huevo
  • 150 g de azúcar molido
  • Colorante alimentario
Calienta el horno a 170-180 °C.
Con una espátula o robot de cocina, trabaja la mantequilla pomada con el azúcar molido hasta obtener una mezcla homogénea.
Incorpora el huevo y la harina con la sal, y remueve hasta que veas que todos los ingredientes están bien integrados formando una masa lisa y sin grumos.
Aplana la masa con las manos, tápala con plástico film extendida y déjala en la nevera para que tome consistencia firme, será suficiente con una media hora, mientras limpias y recoges un poco y vas preparando los cortapastas.
Espolvorea la superficie de trabajo con un poco de harina y, con un rodillo o con las manos, aplana la masa hasta que tenga un grosor de 1 cm, porque si son finas se romperán al hornearlas, quedan mejor más bien gorditas. Va bien despegar la masa a menudo para que no se adhiera, y espolvorear de nuevo la superficie.


Cuando tenga la consistencia adecuada, corta piezas con un cortapastas y colócalas sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Deja una separación entre ellas.
Hornea las galletas a 170°C durante unos 20 minutos. Cuando veas que están doradas, sácalas del horno y déjalas enfriar, no demasiado tostadas para que no se queden duras al día siguiente.

Para elaborar el glaseado, bate vigorosamente la clara de huevo con el azúcar molido hasta obtener una pasta blanca y sin grumos.
Colorea el glaseado añadiéndole con sumo cuidado un poco de colorante alimentario. Decora las galletas con el glaseado untándolo con un cuchillo plano pequeño o una paletina.



    Filloas (tortitas) para hacer con los más mayores (a partir de 3 años mejor), la receta da para unas 10.

    1. Una taza de leche
    2. Una taza de harina
    3. 1 huevo
    4. 1 pizca de sal
    5. Ingredientes a elegir según gustos (se pueden tomar con azúcar enrolladas, con chocolate fundido y nata, con mermelada, con zumo de limón, rellenas de salchichas, de espinacas con bechamel, jamón york y queso...)
    Se baten la harina, sal, leche y el huevo y se va echando la mezcla en la sartén a fuego medio, un cacito o cucharón como los de echar la sopa es suficiente para el grosor, de medio centímetro o un poco menos. Se mueve la sartén para que se extienda la mezcla por toda la superficie, y a los niños les encantará darles la vuelta con una pala de madera, con cuidado de no quemarse al tocar la sartén.
    Listas para rellenar de lo que se quiera, como plato principal o postre, ideales para rellenar con espinacas y que se coman las verduras que no quieren.


    viernes, 10 de febrero de 2017

    Las crisis de los niños

    Cuando me hablaban de los terribles 2 años, yo decía: "no será para tanto, hay que educarlos, no permitirles nada", pues no, no es como decían, ¡es peor! Tengo una mini adolescente en casa, inconformista, quejica, cabezona (capricornio, para darse con los cuernos)...

    Desde que nacen, los niños pasan por este tipo de fases, algunos las llaman crisis de crecimiento, o de lactancia cuando son bebés, y ocurren a la semana, a las 3 semanas, a las 7 semanas, a los 3 meses (fue una de las peores en mi caso, duró una semana), al año, a los dos años (si es que siguen mamando, sino entrarán directamente en la "adolescencia" de los 2 años, el egocentrismo, la autonomía...). Al principio son por alimento y crecimiento y luego debidas a la autonomía y el descubrimiento.
    Cuando los bebés son lactantes son más acusadas que si toman el biberón, porque se supone que tienen esas crisis para "sincronizar" la leche materna con sus necesidades nutricionales de cada momento, la naturaleza es sabia y los niños se quejan para que el cuerpo de la madre reciba las señales y cambie algún componente de la leche. Pueden durar desde medio día a una semana. Se retuercen, arquean la espalda, lloran, gritan, muerden, vomitan... pero siguen intentando mamar. No hay que preocuparse, sólo hay que agarrarlo bien para que no se caiga de los brazos al revolverse, pero la "crisis" pasará, entre paciencia y desesperación de todos, no dura mucho, son como minirabietas, pero tranquilos, no les pasa nada, no les duele nada, no hay que forzarles a mamar, ni darles biberones, no van a pasar hambre. Se puede favorecer la toma si se hace con poca luz, tranquilidad, y le ofreces el pecho antes de que lo necesite y lo pida, para que no se agobie tanto.



    A los 2 años, la mayoría de niños están destetados ya, y la "crisis de lactancia" pasa a ser una "crisis de autonomía". Por eso, cuando creías tenerlo todo controlado y te estabas animando a ir a por otro niño, resulta que todo vuelve atrás: dejan de comer alimentos que devoraban, si ya bebían agua solos de noche, ahora volverán a llamarte llorando, si el baño les encantaba protestarán..., en definitiva, harán todo al revés de como lo hacían. Pero lo hacen porque os quieren y, en cierto modo, quieren poneros a prueba para ver si seguís queriéndoles, porque cuando eran bebés se cumplían todas sus demandas, les poníais la ropa que os daba la gana y lo que vosotros decidíais era lo que había, pero ahora de repente con su autonomía, hablan y se dan cuenta de que pueden decidir su ropa, y por eso también sus planes, sus juegos, sus comidas..., y se entra en la época de las contradicciones y del NO:

    • no subas solo las escaleras, no vayas a la carretera...: tanta autonomía y empeño para que anden solos y ahora no les dejamos solos.
    • no cojas las tijeras, salero...: antes no llegaban a coger nada de la mesa por lo que no había peligro, y ahora de repente quieren enseñarte lo altos que son, qué mayores, mira lo que tengo, anda de aquí sale algo, tengo fuerza para abrir el grifo, puedo echarme pasta de dientes solo (y comérmela...)
    • no tires nada al suelo: antes era sin querer o nos hacía gracia que tiraran su sonajero, ahora si tiran algo manchan...
    • nohagas esto o lo otro...
    Comienzan las temidas rabietas, llevan la contraria aunque no quieran (¿quieres gusanitos? no, seguro que sí quieren, pero por llevar la contraria se aguantan y se privan de algo que les gusta), se ponen malos y se desesperan con la tos, mocos, medicamentos, no pueden llevarse sus objetos de apego (osos, gatos, peluches, dudus...) de paseo porque los pierden, no pueden comer con ellos porque los manchan, quieren ir al baño solos, se quitan el pañal por el camino, mal momento para quitar el chupete... Si al final te habías animado a tener otro bebé, prepárate para los celos...

    Simplemente están aprendiendo una cosa más, aprenden a manejar sus emociones, están aprendiendo a tomar decisiones (a veces acertadas, a veces no tan buenas), están aprendiendo a ser ellos mismos, se define su personalidad. A veces se pueden respetar sus elecciones, o darle a elegir dos opciones igualmente válidas, de manera que sienta que está decidiendo pero en realidad tú ya has decidido por él: ¿Quieres judías o guisantes? Al final se come un tipo de verdura igual, pero la que él quiere, ¿Quieres gomas del pelo azules o naranjas? Al final le vas a hacer coletas igual para que no se coma los pelos, pero habrá decidido ella el color. Decisiones guiadas.

    • Hay veces, que la elección del niño es razonable (no quiero comerme los macarrones pero me comeré sólo la carne), y, antes de decirle un NO rotundo, podemos valorarlo y ceder para evitar la rabieta, reforzaremos su autoestima, aprenderá que somos flexibles y razonables en ocasiones y que sus decisiones se consideran en serio.
    • Otras veces no tenemos claro si ceder o no, para que no se nos suba a la chepa, no podemos ceder si ya le hemos dicho que no claramente, pero en otras situaciones hubiéramos cedido. Lo que no se puede hacer es ceder cuando ya tiene la rabieta para que se salga con la suya, hay que pensarlo bien antes de que pierda el control, para que no nos domine.
    • Si su elección no es válida en ningún caso (no te vas a subir a la mesa y punto), pues que se aguante el niño y nos toca aguantar a los padres la rabieta y esperar a que lo entienda y se le pase, pero sin enfadarnos. Podemos cambiar de habitación nosotros o el niño, cada dos minutillos volver a hablar con él o cuando deje de llorar y se calme y le vamos preguntando, le vamos dando muestras de cariño, le cambiamos de actividad, le explicamos por qué no es posible que haga lo que quiere, y finalmente podemos explicarle que no nos ha gustado su conducta, que no hay que pegar a los amigos o a la pared o tirarse al suelo o tirar cosas, etc., y que le vamos a escuchar mejor si está contento y sin gritar. Con un abrazo y un beso será suficiente consuelo.

    Resumiendo: no castigarlo por la rabieta, esperar a que se le pase dándole apoyo o caricias (sé que estás enfadado, ven, vamos fuera, vamos a llamar al abuelo, ven que te enseño una cosa muy chula, cambiar de sitio o proponer una actividad es favorable), cuando se le haya pasado hay que intentar hacerle entender la situación (durante la rabieta no escuchará razones). Paciencia y comprensión, y mucho, mucho amor.



    Maracas




    Maracas artesanales, sonajeros para los más pequeños, diversión y música para los mayores. Se hacen por encargo, diseño a elegir, cuadradas o redondas, color del lazo o lana a elegir, materiales 100% naturales. Elige tu sonido, con canicas, cascabeles..., según te apetezca más agudo o no.