viernes, 23 de junio de 2017

Calor...

Los últimos días de colegio se hacen insoportables para todo el mundo, y con el calor mucho más.
Si puedes evitar que los niños, sobre todo de infantil, vayan al colegio estos días, dejándolos con abuelos o con quien se pueda, es preferible que no vayan o que vayan sólo media jornada y recogerlos al mediodía para que duerman la siesta frescos en casa.
Con las altas temperaturas, los profesores no trabajan igual de bien, no se pueden hacer tantos juegos, bailes, salir al patio..., no se puede estar en un aula con 20-29 niños durante 8h al día, porque durante la noche y los patios se cierran las ventanas para que no se cuelen dentro de las aulas, y no se puede ventilar en condiciones porque a las 10 de la mañana hace demasiado calor ya y si abres entra aire caliente. Si sumas un uniforme que da calor en cualquier situación..., es para morirse.
Los profesores y jefaturas intentan refrescar a los niños cada poco tiempo, mojándolos, con hielos en clase para beber, con ventiladores..., como se puede.

Lo primero debería reducirse la jornada escolar en junio, aunque sea de 8h a 14h, y lo segundo permitir vestirse con camisetas de tirantes, ropa de tejidos frescos, etc., y no con el uniforme escolar.
No todos los colegios tienen aire acondicionado, aunque la buena voluntad de muchos profesores y padres permite que se tengan ventiladores o aparatos eléctricos similares, pero por el peligro de las aspas se prefieren ventiladores de techo o sin aspas. Sí se suele poner aire en los colegios privados, a diferencia de los concertados y públicos, debido en parte a los presupuestos. En algunos colegios sí que tienen aire acondicionado en comedor y algunas áreas comunes, pero no en las aulas.
También hay que pensar que no todas las comunidades autónomas tienen las mismas temperaturas, y puede ser que en la zona medio-sur haga falta instalar aires y en el norte sólo ventilación.
No hay una normativa que prohíba instalar aire acondicionado en los colegios, ni tampoco es obligatorio, pero por temas de Sanidad, debido a la legionella y otras enfermedades respiratorias que pueden propagarse fácilmente con el aire acondicionado, se decide que no es lo más recomendable, lo que sí se recomienda es extracción de calor por ventilación, toldos, árboles, etc.
Un colegio es un centro de trabajo como cualquier oficina o tienda. La temperatura debe oscilar entre los 17 y 27 grados, según el Real Decreto 486/1997 (BOE 23-4-97), si no lo hacen por los niños que lo hagan por los profesores y trabajadores de los centros.
Algún que otro inspector o responsable debería intentar dar clase a las 15h un viernes..., abanicándose, de mal humor, empapados de sudor...
No es que los niños toleren menos el calor que cuando nosotros éramos jóvenes, podríamos hablar del cambio climático, pero eso ya es otra cuestión. La realidad es que ahora mismo, sobre todo en la mitad sur de España, sufrimos olas de calor desde mayo a octubre. No es cosa de una semana, los trabajadores seguimos en los colegios fuera del periodo escolar, incluso en julio hay campamentos de verano en los colegios que se hacen el día entero en la piscina por ser imposible permanecer en un aula más de 15 minutos.

Podríamos apuntar a la Consejería de Educación como primera responsable, y, a falta de protocolos y normativas, el director del centro es quien debe controlar las temperaturas y tomar las medidas oportunas.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Rabietas

Las rabietas son los gritos, llanto, patadas o pataletas, sostener fuerte objetos o sujetarse a un lugar. Aquellas expresiones de rabia y dolor de los niños por frustración al no conseguir lo que quieren, por cansancio o cuando las necesidades fisiológicas no están cubiertas, no han conseguido hacer algo por sí mismos o requieren atención.
Tienen que aprender que no siempre las cosas salen como uno espera y que tienen que manejar su enfado y asumirlo.Una vez se inicia la rabieta, es difícil que tanto los padres como el propio niño la puedan interrumpir de manera natural. En torno a los 2 años, cuando los niños se enfrentan a sus padres:
  • Descubren que son seres diferentes, con expectativas y necesidades distintas. Es importante que los padres valoren las cualidades del niño, para que él mismo pueda apreciar sus propias características particulares.
  • Se demuestran a sí mismos que son capaces de realizar autónomamente diversas actividades, aumentando su seguridad con los éxitos, y su dependencia e inseguridad cuando descubren que necesitan la ayuda constante de un adulto.
  • Entienden que existen situaciones en las que sus deseos se frustran y han de aprender a manejar la rabia que les produce, de la forma más ajustada posible.
  • Quieren conseguir la atención de los adultos o expresar su enfado por algo.

Trucos para enfrentarnos a una rabieta:
  1. Extinción. Ignorar la rabieta intentando mantener la calma, y vigilarles de reojo. Es importante que no ignoremos comportamientos que pueden conllevar un riesgo para su seguridad física.
  2. Tiempo fuera. Interrumpir la actividad que se estaba realizando, apartar al niño del conflicto y llevarlo a otra habitación o lugar de calma para calmarse, ignorar el llanto y esperar a que se haya reducido la intensidad de la rabieta. A ser posible que haya desaparecido por completo.
  3. Cambio de tema. Buscar algo que consiga romper el ciclo: una broma, un juego, un objeto que distraiga su atención, siempre con una sonrisa. (¡Mira! Acabo de recordar que daban en la tele unos dibujos nuevos, o Acabo de recordar que fuera he visto un pájaro de colores, ¿Sabes lo que tengo en la mesa? ¿Quieres verlo?, etc.). En un lugar público igual, intentamos distraerlos con algo nuevo en un lugar diferente si es posible, apartándoles de la zona y conflicto
  4. Evitar el castigo. Conductas como gritarle, pegarle, continuar razonando en un tono de voz alto, etc.  sólo contribuirán a prolongar este comportamiento.
  5. No ceder ante la rabieta consintiéndole lo que pedía, porque sino comprobarán que llorar les funciona para conseguir lo que quieren y repetirán la conducta.
  6. Ofrecerle conductas alternativas a las rabietas. Una vez se ha calmado hay que mostrarle distintas formas de conseguir lo que quieren: negociación, petición, esperar el tiempo necesario, etc., y enseñarle formas de expresar su enfado: puede gritar o llorar, pero intentando calmarse para razonar o negociar y expresar lo que quiere con palabras. Les podemos explicar que cuando no conseguimos algo a veces nos enfadamos. En casa, cuando alguien se enfada dice: “Estoy enfadado” y, si no se le pasa, puede irse un rato a la habitación a jugar hasta que esté más tranquilo. Es importante que entiendan que este tipo de conductas no se admiten en la familia. Para ello, también tenemos que recordar que, en casa, los padres son el modelo a seguir del que los niños aprenden cómo resolver un enfado y un conflicto.


¿Cuándo debemos preocuparnos?
  • En el momento en que las rabietas:
  • Son de alta intensidad
  • Se producen más de cuatro  o cinco veces diarias
  • Incluyen autolesiones o agresiones a los adultos
Y todos estos comportamientos se prolongan durante más de seis meses.Entonces entendemos que es posible que debamos solicitar ayuda de un profesional para aprender a manejar, de forma más concreta, las conductas de nuestros hijos.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Inteligencia Emocional

Algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien. No siempre el alumno más inteligente termina siendo el más exitoso. ¿Por qué ocurre esto?


La inteligencia emocional es la habilidad para entender emociones y elegir las adecuadas a cada situación, y comprender las de los demás, con empatía. Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos es alguien con mala inteligencia emocional. Una persona que se conoce bien, piensa antes de actuar, controla impulsos y los expresa con educación y sinceridad sin afectar a la gente, sería una persona con muy buena inteligencia emocional. La inteligencia emocional nos permite comprender a los demás, tolerar presiones y frustraciones en el trabajo, trabajar en equipo...; todo esto nos permite tener estrategias para relacionarnos de manera sana y equilibrada, lo que nos llevará a ser más felices.
No todo es inteligencia y éxito académico, esto solo no garantiza un buen trabajo en el futuro y felicidad. Las emociones deben desarrollarse desde el nacimiento: un niño amado, acariciado, besado, abrazado, será un niño con confianza en sí mismo, un niño seguro.

 
Desde casa y el colegio hay que educar lo intelectual y académico, y también las habilidades emocionales y autoestima, los sentimientos y su valoración. Esto puede convertirnos en personas integradas socialmente, o excluidas, depende de cómo lo manejemos, si fallamos nos convertiremos en personas inadaptadas, frustradas e infelices.
Si para los adultos es difícil controlar las emociones a veces, para los niños aún más, al carecer de experiencias previas y estrategias para abordarlas. A veces algunos niños no tienen control emocional, se muestran irascibles, no se les puede negar nada porque están acostumbrados a que se les permita y consienta casi todo; se muestran frágiles e irritables ante los fracasos, respondiendo de manera agresiva y hostil a este tipo de situaciones.
Ser inteligente es saber adaptarse a lo nuevo, resolver problemas, inteligencia es saber vivir felices.
En otro post abordaré el tema de las Inteligencias múltiples.

lunes, 8 de mayo de 2017

Resolviendo conflictos y regulando emociones

La escuela es un entorno fundamental para el desarrollo de los niños, que pasan gran parte de su día en el colegio, aprendiendo y relacionándose.
Suele darse mucha importancia a las notas, pero olvidamos la parte emocional. Hay situaciones que pueden provocar frustración, por no entender algo; la rabia por cometer errores; la desilusión por resultados más bajos de lo esperado, o el aburrimiento y cansancio. Lo mismo pasa con las  interacciones sociales: enfados provocados por peleas y discusiones; desilusiones por ruptura de amistades, miedo al rechazo, etc.
Según cómo resulten de satisfactorias las experiencias académicas y sociales de los alumnos, se irá conformando su idea, positiva o negativa, sobre cómo son los demás y ellos mismos:  “soy capaz”, “soy inteligente”, “supero las dificultades”, “soy tonto”, “no soy suficiente para mis padres/profesores”, “soy aceptado”, “se me aprecia y valora”, “puedo relacionarme a gusto con los demás”, “no le importo a nadie”. Estas ideas acompañarán a la persona determinando su manera de abordar situaciones futuras.
Todos hemos podido tener algunas de estas ideas negativas, pero quizás se han superado. Aunque sí podemos ayudar a los niños a interpretar esas situaciones y manejar emociones.
Solucionando conflictos por ejemplo, bien entre hermanos o amigos o bien los profesores en el patio del colegio, se debe intentar que los niños reflexionen sobre sus emociones. No se trata de que dos se pelean y hay que pedirse perdón, porque entonces creen que da igual lo que hagan porque con decir "perdón" vale. Hay que decirles cosas como: "¿Te gustaría que te lo hicieran a ti?", y que le pregunten al compañero "¿Cómo te sientes? ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?". Aprenden que no se trata de ver quién tiene razón, sino de intentar sentirnos bien el uno con el otro y tratar de mejorar en situaciones futuras. Cómo cambian sus caras cuando reciben comentarios del compañero como: “Siento haberte pegado. Eres un buen amigo y me gustaría que nos llevásemos bien”; “Te perdono. Creo que bailas muy bien, ¿te gustaría enseñarme?”. Se trata de pensar por qué ha pasado el conflicto, qué pueden hacer ambos para solucionarlo y aportar algo positivo del compañero, esto ayuda a veces verlo por escrito también, en un post-it bonito escribirle algo positivo y dárselo para que no se le olvide.

Un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo a que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama, sino en sus propias alas”.

Por otro lado, si el conflicto surge a la hora de compartir algo, sobre todo con desconocidos, debemos pensar dos cosas: si el objeto es propio, los adultos debemos pensar que a nosotros no nos gustaría compartir nuestro móvil o coche con cualquiera, y menos si lo estamos usando en ese momento. Por eso, si un niño está jugando con un juguete cualquiera que sea suyo y no lo quiere compartir en ese momento debemos respetarlo, aunque siempre explicándole que quizás compartiendo le resulte más divertido el juego, y si tiene 2 juguetes (2 coches, 2 palas...), y sólo está jugando con uno razón de más para compartir y pasarlo mejor, pero en todo caso la decisión de compartir debe ser del niño que es dueño del juguete, se les puede explicar los beneficios de compartir pero sin obligarles.
Si es un columpio o algo del parque, hay que pensar en que también hay que enseñarles paciencia, no hay que bajar al niño del columpio inmediatamente sólo porque otro quiera subir, hay que dejarles (explicándoles que hay niños esperando), y el que quiere subir que aprenda a esperar su turno, porque los niños de hoy en día están muy acostumbrados a la inmediatez, Internet que vaya muy rápido (antes sin Internet esperabas para resolver las dudas al día siguiente en clase, o esperabas a que llegara la hora de tarifa plana para conectar el lento módem...), los dibujos tienen que ser ya mismo (antes no había tantos canales y esperabas a las 6 de la tarde para ver dibujos, o te levantabas a las 8 de la mañana los sábados para verlos, ahora cuando quieren ver dibujos encienden la tele y tienen 9 canales a elegir), etc.

martes, 25 de abril de 2017

VACUNAS


En la consulta del pediatra aparecen estas frases:

Puede darle fiebre, es normal. Como reacción lógica, lo primero que queremos hacer es dar paracetamol en cuanto tiene unas decimillas. MAL HECHO (excepto si el niño suele tener convulsiones febriles o toma otros medicamentos para enfermedades crónicas, ante lo que deberás consultar con el pediatra). El medicamento podría reducir la efectividad de la vacuna. Normalmente la fiebre no subirá de 38, y siempre que el niño esté bien y no esté apático, decaído, con excesivo malestar, llorando sin parar, etc., no será necesario darle antitérmicos, será suficiente con dejarle dormir y mantenerlo bien hidratado. 

Mi hijo está tomando antibiótico y no le va a hacer efecto la vacuna. FALSO. Sólo tendremos que tener en cuenta que la enfermedad infecciosa no aconseje retrasar la vacunación. Algunos antibióticos forman parte de algunas vacunas, por ello, si se han presentado reacciones alérgicas graves a éstos antibióticos hay que comprobar que la vacuna a administrar está libre de ellos. Siempre debes informar a tu pediatra de cualquier medicamento que esté tomando el niño para que pueda valorar las interacciones. Igual que hay vacunas, como la de la varicela, que es mejor ponerlas con bastante tiempo de separación entre vacunas, incluso dejar pasar 2 meses. Debemos hacer un uso responsable de los medicamentos.

Mi hijo no toma medicación, sólo le echo una crema. LAS CREMAS TAMBIÉN SON MEDICAMENTOS. Algunas cremas, sobre todo para pieles atópicas, pueden hacer que las vacunas sean menos efectivas. Se aconseja dejar pasar un mes entre la última administración de estas cremas y ciertas vacunas. Consulta con tu pediatra siempre.

Y con la vacuna de la alergia, ¿no serán demasiadas vacunas? No se han descrito interacciones entre las vacunas antialérgicas y el resto de vacunas, por lo que no habría inconveniente para administrarlas simultáneamente. Sin embargo, se recomienda esperar unos días entre ambas vacunas para identificar cuál de ellas sería la responsable en caso de reacción.

En cuanto a los bebés, si toman el pecho lo mejor es darles teta mientras les ponen la vacuna, tetanalgesia, es el remedio que mejor palia el dolor del pinchazo.

Algunas veces pueden aparecer en el punto de inyección signos de inflamación (enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor). En estos casos no se preocupe, es una reacción normal. Puede ponerle paños mojados en agua fría. También puede notar, pasados unos días, un bultito algo doloroso en la zona de la inyección. En estos casos no se preocupe, desaparecerá solo. Se recomienda no tocarlo poner calor local y despues masajearlo suavemente con crema hidratante.
Recuerde: el dia de la vacunación: FRIO, pasadas 24h : CALOR.

Más información:

martes, 28 de marzo de 2017

CATARRO O RESFRIADO

Y con este tiempo loco, ¿cómo evitas ponerte malo? Alguien de la familia caerá, y se lo pasará a los demás semana a semana...
Un catarro o resfriado se da cuando tienes más mocos y tos de los habituales. La infección se transmite a través de los mocos, fundamentalmente por los restos en las manos, por eso es importante lavárselas bien, y también por los juguetes y objetos que comparten, por eso los niños se acatarran tanto, por el contacto con los demás, y también porque sus defensas suelen ser más débiles, hasta que van pasando por todos los virus y se van inmunizando. A veces parece que pasan meses acatarrados, pero la realidad es que van pasando virus diferentes. El primer año de escolarización suele ser el peor tanto para niños como para padres, que se contagian de todo hasta que se inmunizan.
El catarro puede darse en las vías respiratorias altas, con síntomas variados, debidos a la inflamación de la mucosa respiratoria que va desde la nariz a los bronquios, y según qué predomine será rinitis (mucosidad nasal), faringitis (dolor de garganta), laringitis (tos ronca) o bronquitis (tos y ruidos respiratorios). Los síntomas duran más o menos una semana, pero a veces la tos puede durar un par de semanas más. Los mocos van variando, desde totalmente líquidos a blancos, y luego amarillos o verdes más espesos. Es importante saber que los niños no se acatarran por salir al patio, sino justo lo contrario, ya que los espacios cerrados como el aula, con calefacción, con el ambiente cargado, favorecen la transmisión de los virus por el aire.
Pueden dar fiebre (que no dura más de 3 días), con más frecuencia cuanto menor sea el niño, y además se curan solos en pocos días. Es normal que los niños estén más cansados y sin hambre, y no se les debe forzar a comer, pero sí darles muchos líquidos como agua, caldos y zumos
Los catarros o resfriados van a durar lo mismo con o sin medicamentos, lo único que hacen los tratamientos es atenuar los síntomas y hacerlos más llevaderos, pero se recomienda no abusar o incluso evitarlos a menos que estén realmente mal con fiebre alta, y que lo prescriba el pediatra. Ya que hay medicamentos anticatarrales específicos que pueden provocar efectos adversos, sobre todo en menores de 2 años, pero hay que tener cuidado extremo hasta los 4 años, y seguir siempre las indicaciones del pediatra.
Hay que tener en cuenta que la fiebre es buena porque significa que están combatiendo la enfermedad, hay que controlarla a partir de 38ºC sólo si el niño está molesto, apático, decaído, adormilado..., ya que hay niños con fiebres altas que pueden estar jugando normalmente. Se controla con paños frescos (no demasiado fríos) en las muñecas y tobillos o en la frente, y se puede dar antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno) si es muy alta.
Para los mocos se puede utilizar un humidificador en el dormitorio (no toda la noche, sino periodos cortos de tiempo, siempre y cuando no tengan asma ni bronquitis) y limpiar los mocos con suero o con una aspiradora de mocos manual.
http://enfamilia.aeped.es/temas-salud/medicamentos-para-tratar-catarro